Durante 2022, Biniza recuerda estar en Instagram sin mucho que hacer, pero con un gran deseo de conectar con otros, particularmente con más mujeres que compartieran su pasión por la computación y las Matemáticas.
“Soy orgullosamente oaxaqueña, y la verdad, es que crecí en un entorno conservador y religioso, limitado en oportunidades para las mujeres.
"Mi mayor frustración fue que nunca tuve así como una maestra o mentora, alguien en quién apoyarme para que siguiera mis pasiones”, contó.
Desde niña, Juana mostró interés por la Electrónica y Mecánica, influenciada por el trabajo de su padre como Mecánico Automotriz; no obstante, múltiples veces se enfrentó al llamado síndrome del impostor, sintiéndose “poco sobresaliente”.
Tras la pandemia, su participación en competencias de algoritmia y programación la sumergieron en un mundo donde recuperó la confianza en sus habilidades, recibiendo el apoyo del Comité de la Olimpiada Oaxaqueña de Informática.
Con su preparación, logró convertirse en medallista de oro nacional, formando parte de la preselección nacional para la Olimpiada Europea Femenil de Informática (EGOI) y obteniendo la Beca Full Stack de Chicas en Tecnología.
“Cuando participé en la primera convocatoria me tocó competir junto con 120 participantes y lo que más recuerdo fue que sólo éramos dos chicas y, para la final, solo quedaba yo.
"Fue hasta la nacional que me enteré que fui la primera niña en 20 años en representar a mi estado”, recordó Biniza.
Biniza dijo que eso la impulsó a fundar la iniciativa OFMI (Olimpiada Femenil Mexicana de Informática) versión Oaxaca, para abordar la escasez de mujeres en competencias de programación.
"Mi motivación provino de la soledad que experimenté, y mi objetivo es que ninguna joven pase por eso”, compartió.
Actualmente, Juana es estudiante de ITC (Ingeniería en Tecnologías Computacionales) y ha logrado forjar lazos entre mujeres STEM, tanto de su natal Oaxaca, como de Argentina, inspirando y siendo inspirada por otras mujeres que comparten su pasión.